Nadie

Nadie alcanza la meta con un solo intento,
ni perfecciona la vida
con una sola rectificación,
ni alcanza altura con un solo vuelo.

Nadie camina la vida sin haber
pisado en falso muchas veces.
Nadie recoge cosechas sin probar muchos sabores,
enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.

Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones,
ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad,
ni llega al puerto sin remar muchas veces.

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas,
ni recoge rosas sin sentir sus espinas.

Nadie hace obras
sin martillar sobre su edificio,
ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo.

Nadie llega a la otra orilla
sin haber ido haciendo puentes para pasar.

Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.
Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces
que perseguía un imposible.

Nadie reconoce la oportunidad hasta que
ésta pasa por su lado y la deja ir.

Nadie debe vivir sin cambiar,
ver cosas nuevas,
experimentar otras sensaciones,
y tener la capacidad de corregir sus errores.

Nadie tiene el derecho de consumir
el amor o la amistad de las personas
si uno mismo no la produce.

Nadie puede intercambiar un apretón
de manos con el puño cerrado".

Nadie, Anónimo.

Yo puedo

«Obsérvate a ti mismo, amigo mío.
Tú posees todo aquello que grandes hombres tuvieron.
Dos brazos, dos manos, dos piernas, dos ojos
y una mente pasa usar, si estás despierto.

Tú eres el mismo obstáculo que has de superar.
Tú sólo has de señalar a dónde quieres ir,
el objetivo que quieres conseguir
y el sacrificio que estás dispuesto a pagar.

Coraje y valor deben venir de ti,
que toda persona marca su camino.
Obsérvate a ti mismo, amigo mío,
tú posees todo aquello que grandes hombres tuvieron.
Con el mismo equipaje, ellos empezaron.
Pon en ello, pues tu empeño y di: Yo puedo».

James Allen (1864–1912):


Invictus

Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.

Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.

Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley (1849-1903)


El Leñador tenaz.

Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel. El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.-Te felicito -le dijo el capataz-. Sigue así.

Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles. -Debo estar cansado -pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.

Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó:

-¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?

-Afilar, no he tenido tiempo para afilar. He estado demasiado ocupado talando árboles.



Comentario:

Es muy frecuente concentrarte tanto en la tarea, que se te olvida hacer un alto y pensar como se puede hacer mejor, hacemos lo que hacemos todos los dias y es increible como en ocaciones no se logra la perfeccion o la excelencia siendo algo que se repite dia a dia, asi como el leñador le pregunto a su capataz, es importante preguntarle a los veteranos o expertos como podemos ¨cortar mas arboles¨ y nos daremos cuenta que es algo tan simple como afilar nuestras herramientas-

Los tres principes de Serendip

El discípulo miró al maestro en la profundidad de la tarde.

Maestro, ¿es bueno para el sabio demostrar su inteligencia?
A veces puede ser bueno y honorable permitir que los hombres te
rindan honores.
 ¿Sólo a veces?
 Otras puede acarrearle al sabio multitud de desgracias. Es lo que
les sucedió a los tres príncipes de Serendip que utilizaron distraídamente
su inteligencia. Habían sido educados por su padre, que era arquitecto del
gran Sha de Persia, con los mejores profesores y ahora se encaminaban en un
viaje hacia la India para servir al gran mogol, del que habían oído su gran
aprecio por el Islam y la sabiduría. Sin embargo, tuvieron un percance en su
camino.

 ¿Qué les pasó?
 Una tarde como esta, caminaban rumbo a la ciudad de Kandahar,
cuando uno de ellos afirmó al ver unas huellas en el camino: “Por aquí ha
pasado un camello tuerto del ojo derecho”.
 ¿Cómo pudo adivinar semejante cosa con tanta exactitud?
 Había observado que la hierba de la parte derecha del camino, la
que daba al río, y por tanto la más atractiva, estaba intacta mientras la
de la parte izquierda, la que daba al monte y estaba más seca, estaba
consumida. El camello no veía la hierba del río.

 ¿Y los otros príncipes?
 El segundo, que era más sabio, dijo: “le falta un diente al
camello”.
 ¿Cómo podía saberlo?
 La hierba arrancada mostraba pequeñas cantidades masticadas y
abandonadas.
 ¿Y el tercero’
 Era mucho más joven pero aun más perspicaz y, como es natural, en
los hijos pequeños, más radical al estar menos seguro de sí mismo. Dijo: “El
camello está cojo de una de las dos patas de atrás. La izquierda, seguro”
 ¿Cómo lo sabía?
 Las huellas eran más débiles en este lado.
 ¿Y ahí acabaron las averiguaciones?
 No. El mayor, picado en esta competencia, afirmó: Por mi puesto
de arquitecto mayor del reino que este camello llevaba una carga de
mantequilla y miel.
 Pero, eso es imposible de adivinar.
 Se había fijado en que en un borde del camino había un grupo de
hormigas que comía en un lado y en el otro se había concentrado un verdadero
enjambre de abejas, moscas y avispas.
 Se trata de un difícil reto para los otros dos hermanos.

 El segundo hermano bajó de su montura y avanzó unos pasos. Era el
más mujeriego del grupo por lo que no es extraño que afirmara: “En el
camello iba montada una mujer”. Y se puso rojo de excitación al pensar en el
pequeño y grácil cuerpo de la joven, porque hacía días que habían salido de
la ciudad de Djem y no habían visto ninguna mujer aun.
 ¿Cómo pudo saberlo?
 Se había fijado en unas pequeñas huellas de pies sobre el barro
del costado del río.
 ¿Por qué había bajado? ¿Tenía sed?
 El tercer hermano, absolutamente herido en su orgullo de
adolescente por la inteligencia de los dos mayores, afirmó: “Es una mujer
que se encuentra embarazada, hermano. Tendrás que esperar un tiempo para
cumplir tus deseos”.
 ¿Eso es aun más difícil de saber.
 Se había percatado que en un lado de la pendiente había orinado
pero se había tenido que apoyar con sus dos manos porque le pesaba el cuerpo
al agacharse.
 Los tres hermanos eran muy listos.
 Sin embargo, su sabiduría les trajo muchas desgracias.
 ¿Por qué?
 Por su soberbia de jóvenes. Al acercarse a la ciudad, contemplaron
un mercader que gritaba enloquecido. Había desaparecido uno de sus camellos
y una de sus mujeres. Aunque estaba más triste por la pérdida de la carga
que llevaba su animal y echaba la culpa a su joven esposa que también había
desaparecido.
 ¿Era tuerto tu camello del ojo derecho?, le dijo el hermano mayor.
 Sí, le dijo el mercader intrigado.
 ¿Le faltaba algún diente?
 Era un poco viejo, dijo rezongando y se había peleado con un
camello más joven.
 Estaba cojo de la pata izquierda trasera.
 Creo que sí, se le había clavado la punta de una estaca.
 Llevaba una carga de miel y mantequilla.
 Una preciosa carga, sí.
 Y una mujer.
 Muy descuidada por cierto, mi esposa.
 Qué estaba embarazada.
 Por eso se retrasaba continuamente con sus cosas. Y yo, pobre de
mí, la dejé atrás un momento. ¿Dónde los habéis visto?
 No hemos visto jamás a tu camello ni a tu mujer, buen hombre, le
dijeron los tres príncipes riéndose alegremente.

El discípulo también rió.

 Eran muy sabios.
 Sí, pero el buen mercader estaba muy irritado. Cuando los vecinos
del mercado le dijeron que habían visto tres salteadores tras su camello y
su mujer, los denunció.
 ¿Pero, ellos tenían razón?
 Los perdió su soberbia juvenil. Habían señalado todas esas
características del camello con tanta exactitud que ninguno les creyó cuando
afirmaron no haber visto jamás al camello. Y se habían reído del mercader,
había muchos testigos. Fueron llevados a la cárcel y condenados a muerte ya
que en Kandahar el robo de camellos es el peor delito, más que el rapto de
esposas.

 Que triste destino para los sabios.
 La cosa no acabó tan mal. La esposa se había escapado y pudo
llegar antes de que los desventaran en la plaza pública como era costumbre
para castigar a los ladrones de camellos. El poderoso emir de Kandahar se
divirtió bastante con la historia y nombró ministros a los tres príncipes.
Por cierto, que el segundo hermano se casó con la muchacha que estaba
bastante harta del mercader.

 La sabiduría tiene su premio.
 La casualidad los salvó y aprendieron a ser mucho más prudentes a
la hora de manifestar su inteligencia ante los demás.

Historias y Cuentos

Comentario:

Saber cuando saber y cuando no saber es un singo de sabiduria, hay gente brillante en el mundo pero por no saber cuando demostrar inteligencia y criterio quedan como prepotentes y crean anticuerpos negativos a corto y largo plazo.

Nietzche

Comentario:

Le doy gracias a Dios que tengo por que vivir, por que despertame y por que luchar, mi familia, mi novia son las cosas que me impulsan a seguir adelante y no mermar en fuerza y ganas de superación, comprendí mas este sentimiento y pude ver lo fuerte que esto es para cualquier persona después de leer: "El hombre en busca del sentido" De Victor Frank, psiquiatra judío que estuvo recluido en Auschwits uno de los peores campos de concentracion de la segunda guerra mundial en Polonia creado por los Nazis. Aqui un poco sobre Victor Frank y la logoterapia que fue la escuela de psicoterapia que el creo luego de salir de los campos de concentración:

La Logoterapia es la Tercera Escuela Vienesa de psicoterapia y se centra en el significado de la existencia humana, así como en la búsqueda de dicho sentido por parte del hombre.

De acuerdo con la Logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrarle sentido a la propia vida, a la vida tal cual es, y toda vida por más adversa que sea siempre tiene algún sentido.

Por eso a pesar de los problemas que podamos tener, toda vida vale la pena ser vivida y más aún cuando el hombre pone en práctica la fuerza de oposición del espíritu frente al destino, o sea frente a aquello con lo que me encuentro en la vida sin haberlo elegido; pero ante lo cual sigo siendo libre de actuar, de un modo o de otro.

El sentido está siempre cambiando, pero jamás falta.

En caso de no verlo, habrá que dotar a la vida de sentido aún en las situaciones más difíciles, donde lo que importa es dar testimonio de la mejor y exclusiva potencialidad humana: la de transformar la tragedia, la enfermedad y el fracaso en un triunfo personal, en un logro humano.


Tiempo

"El tiempo vuela, pero recuerde que usted es el piloto.”
St. Louis Bugle.

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