El Leñador tenaz.
viernes, 6 de noviembre de 2009 by Ronin
Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel. El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un solo día cortó dieciocho árboles.-Te felicito -le dijo el capataz-. Sigue así.
Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles. -Debo estar cansado -pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.
Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó:
-¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?
-Afilar, no he tenido tiempo para afilar. He estado demasiado ocupado talando árboles.
Comentario:
Es muy frecuente concentrarte tanto en la tarea, que se te olvida hacer un alto y pensar como se puede hacer mejor, hacemos lo que hacemos todos los dias y es increible como en ocaciones no se logra la perfeccion o la excelencia siendo algo que se repite dia a dia, asi como el leñador le pregunto a su capataz, es importante preguntarle a los veteranos o expertos como podemos ¨cortar mas arboles¨ y nos daremos cuenta que es algo tan simple como afilar nuestras herramientas-
Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles. -Debo estar cansado -pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.
Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol. Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento. El capataz le preguntó:
-¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?
-Afilar, no he tenido tiempo para afilar. He estado demasiado ocupado talando árboles.
Comentario:
Es muy frecuente concentrarte tanto en la tarea, que se te olvida hacer un alto y pensar como se puede hacer mejor, hacemos lo que hacemos todos los dias y es increible como en ocaciones no se logra la perfeccion o la excelencia siendo algo que se repite dia a dia, asi como el leñador le pregunto a su capataz, es importante preguntarle a los veteranos o expertos como podemos ¨cortar mas arboles¨ y nos daremos cuenta que es algo tan simple como afilar nuestras herramientas-
excelente enseñanza... muy buen post!
Pues si, a veces vas más allá de la cantidad, sino que hay que enfocarse en la calidad.
Buena enseñanza, saludos!
Gracias, Ronin, por compartir este ilustrativo relato...
Me permito invitarte, cordialmente, a visitar,
http://relatosalamanecer.blogspot.com/