Seduccion Parte 4 (La anatomia de la Seducción)
jueves, 14 de agosto de 2008 by Ronin
No hay que olvidar que seductor y seducido se complementan y alimentan mutuamente. Por otro lado, la persona seductora no encandila constantemente y sin descanso; el arte de la fascinación exige energía y cuidado, en muchos aspectos resulta verdaderamente agotador.
El magnetismo de una persona radica en que cerca de ella nos sentimos mejor que cuando está lejos. Nos la imaginamos poseedora de algo que a nosotros nos falta, pero lo que verdaderamente nos atrapa se debe a que se muestra dispuesta a compartirlo, incluso en exclusiva, si nos portamos convenientemente y respondemos a lo que esperan de nosotros (…) se las arregla para que a su lado nos sintamos importantes, únicos y originales. En sus ojos vemos reflejada la imagen de nosotros mismos que deseamos poseer y proyectar. La persona seductora siempre presta una atención extraordinaria al otro, ensalza sus virtudes, fulmina sus complejos, regala aprobación a raudales, y al hacerlo, se garantiza el apego. El anhelo es aprobado, de ser amado y entendido ejerce una pujanza tal que en cuanto lo saboreamos ligeramente ya no podemos prescindir de ello.
El mismo tiempo, el fascinador, en cualquiera de sus versiones, preserva para sí un trozo del secreto, un pedazo del misterio, dándonos a entender que algún día terminará por desvelarlo… pero tal día quizá nunca llegue.”
Alejandra Vallejo-Nájera.
Comentario:
El hecho de encontrar en cada persona su punto débil, el punto en el que caerá en nuestra influencia, es todo un arte, ser capaces de poder realizar esto implica un crecimiento personal, en cualidades que encantan a los demas, entre mejor estemos interiormente mejor podremos influir nuestra influencia, el dificil Arte de la Seduccion,